Una identidad desempoderada puede tener un impacto significativo en el control del peso y la salud en general. Éstas son algunas de las formas en que una identidad desempoderada puede relacionarse con el control del peso:
Creencias y autopercepción: Una identidad desempoderada a menudo implica creencias negativas y una visión negativa de uno mismo. Esto puede llevar a una falta de confianza en uno mismo y a un sentido disminuido de la agencia personal cuando se trata de hacer cambios positivos en la propia vida, incluido el control del peso. Las personas con una identidad desempoderada pueden creer que son incapaces de alcanzar el éxito o de mantener un peso saludable.
Motivación y autoeficacia: Sentirse incapaz puede dar lugar a una falta de motivación y autoeficacia. Cuando las personas se perciben a sí mismas como incapaces de realizar un cambio o mantener el control sobre su peso, pueden tener dificultades para adoptar conductas saludables, como el ejercicio regular y una alimentación equilibrada. La creencia de que uno es incapaz de alcanzar el éxito puede dificultar la motivación para adoptar hábitos más saludables.
Disfrute y calidad de vida: Una identidad sin poder puede conducir a una disminución del disfrute de la vida. Cuando las personas se sienten impotentes y tienen una visión negativa de sí mismas, pueden tener dificultades para encontrar placer en las actividades, incluidas las relacionadas con la alimentación sana y la actividad física. Esto puede dificultar el mantenimiento de los cambios positivos en el estilo de vida necesarios para controlar el peso.
Alimentación emocional y mecanismos de afrontamiento poco saludables: Una identidad sin poder puede contribuir a una alimentación emocional y a la dependencia de mecanismos de afrontamiento poco saludables. Cuando las personas se sienten incapaces de realizar cambios positivos o superar retos, pueden recurrir a la comida como forma de consolarse o adormecer las emociones negativas. Esta alimentación emocional puede provocar un aumento de peso y dificultades para controlarlo.
Percepción de falta de control: Las personas con una identidad de falta de poder pueden creer que tienen poco control sobre sus propias vidas, incluido su peso. Esta percepción de falta de control puede dificultar la adopción de hábitos alimentarios saludables y la aplicación de estrategias coherentes de control del peso.
La identidad de desempoderamiento puede verse influida por una serie de acontecimientos, creencias y comportamientos:
Experiencias infantiles: Las experiencias infantiles adversas, como el maltrato, el abandono o las críticas constantes, pueden afectar a la percepción de uno mismo y contribuir a una identidad desempoderada. Las investigaciones publicadas en el Journal of Traumatic Stress sugieren que los traumas infantiles están asociados a creencias negativas sobre uno mismo y a sentimientos de impotencia (Cloitre et al., 2009).
Socialización y factores culturales: Los mensajes sociales, las normas culturales y las prácticas de socialización pueden moldear las creencias de una persona sobre sí misma y sus capacidades. Por ejemplo, los estereotipos de género o las expectativas sociales pueden limitar la sensación de empoderamiento. Un estudio publicado en el Journal of Applied Social Psychology descubrió que las creencias culturales sobre los roles de género influían en la sensación de empoderamiento de las mujeres (Zimmerman y Katon, 2011).
Acontecimientos vitales negativos: Experimentar acontecimientos vitales negativos significativos, como pérdidas, fracasos o traumas, puede afectar a la percepción de uno mismo y contribuir a una identidad desempoderada. La investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology sugiere que experimentar el fracaso puede conducir a una disminución de la autopercepción y la motivación (Lerner y Tetlock, 1999).
Estrés crónico y adversidad: La exposición prolongada al estrés crónico y a la adversidad puede socavar el sentido de la autonomía. Una investigación publicada en la revista Perspectives on Psychological Science destaca los efectos perjudiciales del estrés crónico sobre el bienestar psicológico y la sensación de control (Maier y Seligman, 2016).
Indefensión aprendida: La indefensión aprendida se refiere a la creencia de que uno no tiene control sobre sus circunstancias, a menudo desarrollada después de repetidas experiencias de fracaso o falta de control. Las investigaciones de Seligman y Maier (1967) demostraron que los animales y los seres humanos expuestos a acontecimientos aversivos incontrolables desarrollan una respuesta de indefensión aprendida.
Es esencial reconocer que la identidad de falta de poder es un problema complejo en el que influyen diversos factores, como las experiencias pasadas, las creencias y la autopercepción. Abordar una identidad sin poder implica desafiar las creencias negativas, aumentar la confianza en uno mismo y desarrollar un sentido de agencia personal. Buscar el apoyo de terapeutas, consejeros o grupos de apoyo puede ser beneficioso para trabajar hacia una identidad más empoderada y positiva, que puede influir positivamente en el control del peso y el bienestar general.