Una dieta cetogénica, a menudo conocida como la dieta ceto, es una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas diseñada para cambiar el metabolismo del cuerpo a un estado conocido como cetosis. En cetosis, el cuerpo utiliza principalmente la grasa como combustible en lugar de los hidratos de carbono. Este cambio metabólico se produce debido a una reducción significativa en la ingesta de carbohidratos, lo que conduce a una disminución de los niveles de azúcar en la sangre y un aumento en la producción de cetonas, que son moléculas que sirven como fuente de energía alternativa.
Historia de la dieta cetogénica:
La dieta cetogénica se desarrolló inicialmente a principios del siglo XX como un enfoque terapéutico para tratar la epilepsia, particularmente en niños que no respondían bien a otros tratamientos. El Dr. Russell Wilder de la Clínica Mayo acuñó el término “dieta cetogénica” en la década de 1920. Durante décadas, siguió siendo principalmente una intervención médica.
En los últimos años, la dieta cetogénica ha ganado popularidad más allá del tratamiento de la epilepsia y ahora se utiliza ampliamente para perder peso, controlar la diabetes tipo 2, mejorar la salud metabólica y aumentar la claridad mental.
Características principales de una dieta cetogénica normoproteica:
Baja Ingesta de Carbohidratos: La característica clave de una dieta cetogénica es una reducción significativa en el consumo de carbohidratos, normalmente limitando la ingesta diaria de carbohidratos a 20-30 gramos o menos. Esto equivale a alrededor del 5-10% de la ingesta calórica diaria total.
Consumo controlado de grasas: La dieta es rica en grasas saludables, que representan entre el 40% y el 50% de la ingesta calórica diaria. Las fuentes de grasa alimentaria incluyen aguacates, frutos secos, semillas, aceites y cortes grasos de carne.
Ingesta moderada a alta de proteínas: La ingesta de proteínas es moderada, constituyendo alrededor del 20-40% de la ingesta calórica diaria. Esto garantiza que el cuerpo utilice principalmente la grasa como fuente de energía en lugar de convertir el exceso de proteínas en glucosa a través de un proceso denominado gluconeogénesis.
Cetosis: El objetivo final de la dieta es inducir y mantener un estado de cetosis, en el que el hígado produce cetonas a partir de la grasa almacenada y de la grasa alimentaria. Estas cetonas se convierten en la principal fuente de energía del organismo.
Beneficios de una dieta cetogénica:
Pérdida de peso: La dieta ceto puede conducir a una rápida pérdida de peso debido al aumento de la quema de grasa almacenada para obtener energía. También ayuda a controlar el apetito y reducir la ingesta de calorías.
Mejor control del azúcar en sangre: La cetosis puede mejorar la sensibilidad a la insulina y estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, por lo que es beneficioso para las personas con diabetes tipo 2 o prediabetes.
Mayor claridad mental: Algunas personas que siguen una dieta ceto informan de una mejora de la concentración mental y la función cognitiva, lo que puede atribuirse al uso de cetonas por parte del cerebro como fuente de energía.
Tratamiento de la epilepsia: La dieta cetogénica sigue siendo una terapia eficaz para la epilepsia resistente a los medicamentos, especialmente en niños.
Menor riesgo de cardiopatías: Aunque la dieta es rica en grasas, suele incluir grasas cardiosaludables como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, que pueden mejorar los marcadores de salud cardiovascular.
Posible tratamiento del cáncer: Las investigaciones emergentes sugieren que una dieta cetogénica puede tener un papel en la desaceleración del crecimiento de ciertos tipos de células cancerosas, aunque se necesitan más estudios en esta área.
Es importante tener en cuenta que la dieta cetogénica no es adecuada para todo el mundo, y sus efectos a largo plazo aún se están estudiando. Antes de iniciar cualquier cambio dietético significativo, especialmente uno tan restrictivo como la dieta cetogénica, es aconsejable consultar con un profesional sanitario o un dietista titulado para asegurarse de que se ajusta a sus objetivos de salud y a sus necesidades individuales. Además, puede ser necesario un seguimiento y una supervisión médica, especialmente en el caso de personas con problemas de salud subyacentes.